La gran mayoría de nosotros sabemos qué es el efecto placebo. Sabemos que el efecto placebo es el efecto positivo que produce en nosotros un tratamiento sólo por el hecho de pensar que ese tratamiento es útil en nuestro caso; ya sea por la confianza que nos genera el medicamento, la marca o el profesional que nos realice el tratamiento. En el caso de los pacientes que acuden a mi consulta, estoy convencido de que cierto porcentaje de la mejoría que perciben es gracias a la convicción de que aquí van a mejorar. El hecho de que un paciente venga recomendado por otro y le hayan dicho que aquí mejorará, ayuda bastante a la recuperación.
Por el contrario, nos encontramos en algunos casos con el efecto nocebo. Esto es el efecto negativo que nos produce un medicamento o tratamiento por el mero hecho de pensar que nos va a hacer daño. Si piensas que un medicamento no es de calidad, no es lo que necesitas, o no confías en el profesional que te hace el tratamiento, es posible que percibamos daño o empeoramiento de síntomas.
Nuestras expectativas al tratamiento influye positiva o negativamente en el efecto del mismo.
En el caso que nos compete en nuestra web, el ejercicio, o simplemente el movimiento, lo percibimos como peligroso o perjudicial para nuestro dolor de cuello o espalda. Esto se conoce como kinesiofobia. El miedo al movimiento, o esperar que aparezca dolor ante cualquier ejercicio pueden hacer que el hecho de hacerlo, nos acabe ocasionando más dolor de espalda. Es algo muy común en las personas con dolor habitual. Y más aún, en aquellas personas que han sido diagnosticadas con alguna lesión o patología. Está demostrado que la sensación de dolor no se corresponde con una resonancia en la que se ve una espalda más o menos dañada. Hay columnas muy «feas» que no generan dolor, y columnas perfectas que provocan mucho dolor. El hecho de haber sido diagnosticado es un potenciador de la kinesiofobia.
En este caso, la kinesiofobia y el efecto nocebo que provoca el movimiento, no tienen sentido. Está más que demostrado que el ejercicio físico ayuda a la recuperación y al alivio del dolor de espalda.
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